Duelo en niños: 4 consejos ante la pérdida de una madre

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Perder a una madre es un acontecimiento de por sí doloroso para una persona adulta. Se trata de la primera persona con la que los seres humanos tenemos un vínculo, quién nos cría, nos educa y nos cuida. Su partida siempre representará un gran vacío para el doliente. Ahora bien, cuando hablamos del duelo en niños, el proceso tiende a ser mucho más complicado y doloroso, debido a que ellos se encuentran en una etapa en la que depende de la presencia de su madre para su desarrollo. 

El duelo en niños por la pérdida de la madre marca un antes y un después que, sin duda, repercutirá en su adultez en menor o mayor grado, dependiendo del apoyo recibido y la manera en que los familiares cercanos hayan gestionado su propio duelo, a la vez de servir de contención para el infante. 

De acuerdo al Hospital Universitario de La Paz, un niño menor a 5 años generalmente no asocia la muerte con la ausencia definitiva, y a partir de los 10 años ya comprende que la muerte es irreversible, aunque le siguen asignando a la persona difunta algunas cualidades biológicas. De modo que, la primera dificultad del duelo en niños es conocer el grado de comprensión que tenga sobre este suceso y, a partir de ello, orientarlo para que profundice en lo que conlleva la muerte y por qué su madre ya no va a volver de manera física. 

Fases del duelo en niños

Mientras que las fases del duelo en adulto tienden a ser: negación, ira, negociación, depresión y aceptación, el duelo en niños se desarrollan de manera diferente, ya que, como lo mencionamos antes, se trata de personas que probablemente todavía no comprendan el significado de la muerte. 

Las fases del duelo en niños son:

  • Protesta: el niño se encuentra completamente en contra de aceptar que su madre (u otro ser querido) se ha ido, por lo que exige y suplica su regreso. 
  • Desesperanza: el niño comienza a entender que su ser querido ya no volverá, lo que le puede producir ensimismamiento. 
  • Ruptura del vínculo: después de un tiempo, el niño comienza a dejar atrás parte de su vínculo emocional con el fallecido y a reintegrarse al mundo que lo rodea. 

¿Cómo apoyar a un niño en duelo?

En todas estas fases, es fundamental el apoyo familiar y profesional que lo orienten a comprender la ausencia de su madre y su posterior aceptación y así, pueda desarrollar una adolescencia y adultez sana. 

Antes de proceder a la gestión del duelo en niños, es muy importante desmitificar la idea de que ellos no comprenden lo que sucede a su alrededor. Si bien, es cierto que dependiendo de la edad, la comprensión sobre la muerte será diferente en cada caso, los adultos deben ampliar sus habilidades de comunicación asertiva en lugar de ignorar sus sentimientos. Otra idea popular es que “mostrarse fuerte” en frente del niño y fingir que no pasa nada le evitará el dolor, cuando solo lo motivan a reprimir e ignorar sus emociones, lo cual podría generarle problemas para identificarlas en el futuro. 

Algunos consejos para actuar ante el duelo en niños:

  • Comunicación inmediata y asertiva: 

El primer dilema ante la partida de la madre es, ¿Cómo le decimos al niño? Es muy importante que se le informe lo antes posible, en lugar de que pase días sin comprender su ausencia hasta que llegue a sentirse abandonado. Asimismo, esa noticia no puede ser dada por cualquiera, sino por el padre, en este caso, o el familiar más directo.

El mensaje debe estar adecuado a la edad del infante en cuestión, pero los expertos recomiendan no usar frases comunes como “ya está en un lugar mejor”, “se fue al cielo”. Independientemente de la religión que profesen, el niño debe recibir la información de la manera más clara, directa y empática posible para que no genere confusiones o expectativas de un regreso. Asimismo, el adulto encargado no debe ocultar ni intentar minimizar sus propias emociones ni las dudas que le surjan al niño. 

  • Ahondar en el concepto de la muerte

Cada niño puede tener un nivel de entendimiento de lo que significa la muerte de acuerdo a su edad y contexto. Probablemente lo hayan visto en películas o hayan pasado por la pérdida de una mascota. Sea cual sea el caso, es importante comenzar a explicar al niño que la muerte es un proceso natural y la manera en que culmina el paso por el mundo de todos los seres vivos. Entre más información y apoyo tenga el niño, más fácil le será llegar a procesar el evento. 

  • Apoyo en la identificación de emociones

Ante la reciente pérdida, el niño será propenso a sentir una avalancha de emociones que seguramente no entenderá. Como lo mencionamos antes, en ningún caso es recomendable reprimir ni incitar a reprimir las emociones. Por el contrario, los adultos deben ayudar al niño a verbalizar lo que  siente sin ninguna restricción: así sea furia por el “abandono” de su madre, confusión, triteza, apatía, etc. 

  • Ayuda profesional 

Es normal y completamente entendible que los adultos alrededor del niño no sepan exactamente cómo apoyarlo, pues tienen que ocuparse de su propio duelo a la par. Por ello, la ayuda de un profesional en tanatología es ideal para orientar  tanto al niño como al adulto a procesar la pérdida y evitar secuelas graves en el futuro. 

Sin duda, la pérdida de la madre a una edad temprana es un golpe para el que ningún niño está listo. Pero la calidad del apoyo que reciba marcará la diferencia entre lograr llegar a una etapa adulta sana o crecer con heridas emocionales nunca sanadas. 

 

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Carolina
Author: Carolina

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